Sábalos del Jiquí

Declarada en 2021 como Área Protegida, el Refugio de Fauna Sábalos del Jiquí muestra toda la exuberante naturaleza a la que debe parte de su fama la Ciénaga de Zapata, el mayor y mejor conservado humedal del Caribe insular.

Se trata de una zona de diversos bosques semideciduos, petenes (formaciones de vegetación rodeada de agua), ecosistemas de herbazales, y dolinas (depresión en el relieve cársico) inundadas dentro de suelos abundantes en turba y rodeados de manglares.

Ya desde fecha tan temprana como 1920, el eminente científico cubano Juan Tomás Roig en una expedición reportó en Sábalos del Jiquí la presencia de varias especies de gran interés botánico, como Behaimia roigi, endémica de esta localidad, y también existen otras escasas en el gran humedal y el resto del país.

Actualmente se le conoce como un escenario de alimentación y reproducción de exponentes de la fauna endémica, entre ellas el gavilán colilargo, cateyes, cotorras, la paloma perdiz, la jutía conga y la carabalí, el majá de Santa María, y un invertebrado singular: la hormiga Leptothorus nigricans, reportada solamente para la localidad de los Sábalos.

Es una de las cinco Áreas Protegidas que incluye la vasta Ciénaga de Zapata, región localizada en el sur de la provincia de Matanzas, a unos 180 kilómetros al sureste de La Habana, y con categoría de Parque Nacional.

De acuerdo con Oscar Verdeal, especialista de la Empresa para la Conservación del humedal (Ecozienzap), Sábalos del Jiquí no solamente sobresale por sus valores naturales; fue utilizado por los negros esclavos que huían de los ingenios aledaños y en los tupidos bosques encontraron refugio.

Su significación paisajística e histórica hace del área un escenario ideal para la práctica del ecoturismo también llamado turismo de naturaleza, que invita al visitante a adentrarse en un paraje realmente singular guiado por señalética confeccionada con materiales sostenibles.

Casi se logra viajar en el tiempo al recorrer el sendero eco-arqueológico, para conocer costumbres y enterramientos de comunidades pre-tribales medias, también conocidas como los siboneyes cubanos.

La ruta con elementos interpretativos autoguiados permite a los excursionistas contemplar especies tan exclusivas como el Zunzuncito (Mellisuga helenae), joya de la ornitología cubana, y reconocida como el ave más pequeña del mundo.

Presentado por vez primera durante el evento internacional de turismo de naturaleza Turnat, en su edición de 2019, el sendero resulta accesible para personas con discapacidad físico motoras al disponer de pasarelas con rampas.

Turoperadores, agentes de viajes y expertos reconocen la calidad del producto turístico creado en Sábalos del Jiquí, en tanto los conservacionistas agradecen el trato respetuoso hacia el entorno.