Maternar: Un verbo que forja desde el alma

 

Cada segundo domingo de mayo, Cuba celebra el Día de las Madres.

Y es que maternar es un acto de amor que no conoce fronteras ni condiciones. No se trata de un deber impuesto ni de un sacrificio silencioso. Es una decisión, una entrega voluntaria, un compromiso que nace en el corazón y se extiende hasta la eternidad.

Cada mujer que lo elige, lo hace desde su esencia, su historia y su instinto. No sigue recetas, no busca aprobación. Construye, día a día, un vínculo tan profundo que desafía el paso del tiempo. Y en ese lazo de amor, no hay exigencias ni mandatos sociales: solo la certeza de que su manera de criar, de amar, de proteger, es única, válida y poderosa.

Porque maternar no pesa, no obliga, no agota.

Maternar no encierra ni limita. Es la autonomía de criar desde el respeto, la ternura… desde la consciencia plena de que cada hija y/o hijo son seres individuales, con su propio vuelo, su propia luz.

Maternar es aprender, también, a soltar sin dejar de amar. Es ver cómo los hijos crecen, cómo se alejan físicamente, pero siguen presentes en el alma, en la memoria, en la piel.

Porque lo sembrado en amor nunca se pierde.

Es mirarlos partir, orgullosos, fuertes, independientes. Y saber, en el fondo del alma, que el lazo construido jamás podrá romperse. Que el afecto dado sin condiciones les acompaña, les sostiene, les resguarda, aun cuando ya no necesitan de cuidados cotidianos.

Por eso, maternar no es rendir cuentas ni cumplir expectativas ajenas.

Es un arte que se practica con el corazón abierto, con la seguridad de que no hay una forma correcta de hacerlo, solo la propia.

Y en esa entrega auténtica, en esa crianza que nace de lo más hondo, en esos brazos que saben cuándo sostener y cuándo soltar, vive la verdadera magia de maternar: la certeza de haber amado con libertad, de haber guiado con respeto, de haber criado desde la convencimiento de que, por encima de todo, el amor es lo único que permanece.

Hoy celebramos a esas mujeres extraordinarias que con amor incondicional, fortaleza y ternura han guiado nuestros pasos. Ser madre es regalar sonrisas, ofrecer abrazos que sanan y llenar cada día de inspiración. Gracias por su dedicación, por su esfuerzo y por ser el corazón de nuestras vidas. ¡Feliz Día de las Madres!